Los artistas y el drama de los desplazados
El Museo Bolivariano ahora es un laboratorio abierto a las prácticas de importantes artistas de nuestro país, quienes aquí han experimentado la interacción entre su pensamiento creativo y el espacio museal de la Quinta de San Pedro Alejandrino, trasmitiendo nuevas maneras de percibir desde el arte. Nuestro escenario cargado de historia y belleza natural es un instrumento de alta resonancia para estas acciones artísticas ocupadas del entorno y la cuestión ambiental; además las edificaciones existentes, su carácter monumental y la memoria histórica que guarda, son elementos propicios para las ambiciones creativas de los artistas actuales: sus instalaciones in situ inevitablemente subvierten las tradicionales connotaciones políticas y sociales del lugar, introduciendo una diferente circulación de sentido con poéticas de apropiación simbólica.
Casa Tomada es una de ellas, imagen efímera e indeleble: “El Altar de la Patria” -asociado a nuestra identidad fundacional desde una visión nacionalista decimonónica- es rodeado por estas hormigas como si se tratara de un cubo de azúcar. La metáfora es directa y contundente: las amenazantes hormigas invaden y desplazan. Los insectos son confeccionados en fibra de vidrio, resinas, tierras de diferentes lugares, carbón del cerrejón, tela y ramas secas. El proceso parece reiterar la misma imagen modular, apoyada en la magnificación de escala. Pero cada una, de cerca, conserva su propia “personalidad” (digamos), pues son armadas una a una por la mano del artista quien le confiere rasgos de textura y color diferentes; asimismo las patas de ramas vegetales las hace disímiles y más reales en su apariencia orgánica.
La intervención va más allá de los conceptos estéticos está centrada en la realidad política nacional, apuntando a problemas como el desplazamiento forzado, las migraciones y el desarraigo. Colombia está catalogada por las Naciones Unidas como el país con más personas en situación de desplazamiento interno, sin una verdadera política de Estado que responda ante el alto índice de población vulnerada. Casa Tomada apela a los recursos del arte para sacudir la indeferencia; esta iniciativa es apoyada por el Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y La Fundación Museo Bolivariano, e irá a las principales ciudades del país, interviniendo edificaciones declaradas patrimonio arquitectónico -o reconocidas como centro del poder- en Barranquilla, Cartagena, Cali, Medellín y Bogota, antes de iniciar su itinerancia internacional.
Rafael GómezBarros hace parte de la generación de artistas samarios nacidos en los setentas (junto con Edwin Jimeno, Juan Carlos Dávila o Juan Carlos Gómez). Con su trabajo constante y proyección continua viene logrando una obra coherente y viva, que desde sus primeras series de pinturas -Hasta la tierra es mestiza (1999) y Urnas (2000)- nos hizo presentir su paso luego a las tres dimensiones -Sonajeros (2003)- de la cual derivan las hormigas en un proyecto inicial -Carbono 14 (2006)- alcanzando reconocimiento nacional e internacional al ser mostrado en Casa Lamm y Centro de Cultura en México, además de circular por importantes galerías y ferias internacionales.
Casa Tomada (2008) inicia su recorrido en la Quinta de San Pedro Alejandrino y va al mundo.
Javier Mejia
Curador
Museo Bolivariano
Santa Marta, Junio de 2008
