El Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), fuente de mi consolación
P. Peter-Hans Kolvenbach, S.J.
“Tras mi dimisión como General de la Compañía de Jesús, quiero expresar una vez más, mi agradecimiento al JRS y a sus colaboradores, refugiados, laicos, religiosos y Jesuitas.
A lo largo de mis 24 años como General, este apostolado social de la Compañía ha sido para mí una fuente de profunda consolación. La profecía del Padre Arrupe en la carta que envió a los Provinciales fundando el JRS en 1980 ha sido comprobada: "ayudar a los refugiados será un privilegio y, a su vez, traerá consigo grandes bendiciones para nosotros y nuestra Compañía".
Ha sido una bendición y consolación el poder evidenciar el desarrollo positivo de esta importante misión de la Universal Compañía de Jesús. Es una alegría el ver como el JRS está comprometido con la misión de consolar a tantos refugiados y personas desplazadas, los más pobres de los pobres, alrededor del mundo, especialmente en los campos de refugiados.
El JRS puede proporcionar diferentes e importantes servicios, tales como el "advocacy" - defensa de derechos -, pero es esencial que su servicio se realice directamente con refugiados en los campos en donde viven, donde su esperanza se encuentra amenazada. De acuerdo con San Ignacio en los Ejercicios Espirituales, la consolación es un aumento de fe, esperanza y amor.
El JRS planta una semilla de esperanza en la aridez de los campos de refugiados, donde el futuro de las personas se encuentra en constante riesgo. Este es particularmente el caso de jóvenes refugiados, en estado de desesperación, quienes no consiguen acceder a la educación. Día tras día, año tras año, ellos ven como sus vidas se convierten más y más en vidas sin esperanza.
Especialmente en estos campos es donde el JRS se convierte en un urgente servicio de esperanza para los refugiados. La esperanza aumenta cuando ayudamos a los refugiados a tener fe en si mismos y en su futuro. La esperanza aumenta cuando el amor se pone en obras como la educación y la formación profesional que transforman el odio pasado y presente en vida, proporcionando la sabiduría que permite la reconciliación con la esperanza de un futuro distinto.
Este trabajo apostólico de la Compañía ha sido una fuente de esperanza y consuelo para los refugiados, por lo que también ha sido una fuente de consolación para la Compañía y para mí personalmente. El JRS es un ministerio de mutua consolación para refugiados y colaboradores, todos nosotros comprometidos en el servicio de la fe y la justicia. ”
P. Peter-Hans Kolvenbach, S.J.
Enero 16 de 3008
